Otoño

Nueva estación, nuevo ambiente. Aunque de momento en lo climático todo sigue casi igual, por las mañanas, antes de que salga el sol, ya apetece un poco de manga larga fina, pero dura poco esa sensación. Las tardes ya acortan y a las ocho y media ya vemos el ocaso.

El otoño. La estación triste por excelencia. Que se lo digan a la madre de Perséfone cuando esta se fue al inframundo con Hades. Mi abuela me dijo una vez que no le gustaba porque en otoño murió su madre, en otoño murió su marido y en otoño murió mi madre.

A mí, sin embargo, me gusta. Me gusta ver cómo poco a poco va llegando el frío; cómo poco a poco los árboles se van pelando; cómo poco a poco nos vamos cubriendo con más capas; cómo poco a poco los guisos van apeteciendo más, aunque algunos los sigamos poniendo en verano; cómo cuando me levanto por las mañanas ya no apetece tenerlo todo abierto de par en par; cómo la vida se va aletargando un poco y se hace más tranquila y relajada antes de que llegue de nuevo la primavera.