No somos nadie

Leo en la prensa que el canal TEN ya anuncia su nueva temporada televisiva con su nuevo gran atractivo: la Belén Esteban y la María Patiño. Otra vez. Sí. Han vuelto. Quiero recordarles que cuando Telecinco canceló ese esperpento llamado Sálvame con sus diferentes colores y frutas, esta panda se fue a hacer directos a través de Youtube y Twich y que les fue, dentro de sus posibilidades, bien, por lo que el programa que hacían acabó emitiéndose en directo también por TEN. Cuando José Pablo López, presidente de RTVE, pensó que esa bazofia televisiva podía tener un hueco en las tardes de la tele pública, el canal TEN se quedó un poco cojo sin lo único que parecía funcionarles y que, oigan ustedes, quieran que no, es directo frente al contenido enlatado del resto del canal y de la mayoría de canales de la TDT a esa hora de la tarde.

Tras la cancelación de La gentuza de la tele La familia de la tele, ahora esta tropa vuelve al canal del que nunca debieron salir, ¿y saben qué? Me parece perfecto. Porque aunque a mí no me gusta, hay un público ahí a los que les encanta las tonterías que hacen, a los que por lo que sea les distrae y les entretiene en las largas que, a lo mejor, pasan solos. ¿Por qué no van a poder disfrutar de lo que les gusta o, al menos, de lo dé un poco de entretenimiento?

Mi crítica en el mes que duró la emisión era otra: no el programa en sí, sino dónde se emitía, porque pienso que lo que hace esta gente no debe estar en una televisión pública, no debe ser pagado con los impuestos de todos los españoles, porque la televisión pública debe ofrecer contenidos que enriquezcan a sus espectadores y lo que emitiían por las tardes no hacía eso. A nadie le importa con quién se acueste Terelu Campos o, habiendo gente a la que le importe, no le aporta nada saberlo. No era el contenido que una televisión pública deba ofrecer. Ahora, que esta gente dé horas y horas de entretenimiento barato en directo a una televisión que a mí no me cuesta un duro me parece perfecto.

Que duren muchos años ahí. Primero, porque incluso esta gente tiene que vivir de algo, aunque sea del cuento; segundo, porque José Pablo no vuelva a estar tentado de ficharlos y gastarse otro medio millón de euros en un desfile para presentarlos.