El horario imposible del 'prime time' en España


Durante este verano, he conseguido ver algo de lo que se viene llamando erróneamente prime time en España. Durante el resto del año, lo he intentado, pero rara vez lo he conseguido. Y digo que se llama erróneamente porque el prime time que aquí tenemos debe dejar de ser llamado así.

Cuando era pequeño, recuerdo que en casa veíamos los domingos Siete vidas. Empezaba puntual en Telecinco a las nueve y media de la noche; para cuando acababa a las diez y media yo me iba a dormir, que al día siguiente había cole. A finales de los noventa, Telecinco ya emitía de lunes a viernes El informal, un programa diario de media hora en directo, que servía como preparación para que la audiencia fuera llegando a la gran apuesta estelar del día, que empezaría a las diez. Tras su cancelación, se emitió en el mismo horario Pecado original, que era el típico programa de mejores momentos de la cadena. Se había inventado el access prime time. Estupendo. Las diez para empezar a ver la serie en cuestión no parece descabellado porque en España somos de horarios tardíos. Comprensible.

Vayámonos a 2025. El denominado access prime time más visto es El hormiguero. No solamente es que sea el access prime time más visto de la televisión española, es que es el momento más visto del día de todo el país. Igual ocurre con La revuelta en TVE, en el mismo horario (21:45-22:50, en teoría), que suele ser la segunda opción de la noche y ha estado ocupando los programas más vistos del día de La 1. ¿Pero cuándo demonios empieza el programa o la serie o lo que sea que van a dar en lo que se supone que es prime time? Bueno, pues según la programación de las cadenas a las 22:50; la realidad es que depende del día: esta temporada ha habido días donde La revuelta se ha alargado hasta las 23:10 y El hormiguero ha acabado sobre las 23:20, sobre todo los jueves, donde montaban su mesa de actualidad y ahí estaban hasta que les decían que cortaran. Estamos hablando de que, por norma general, la apuesta estelar de las dos principales cadenas españolas empezaba pasadas las once de la noche. Y oigan, es que la gente tiene la mala costumbre de dormir, que al día siguiente madruga para trabajar,

Este verano, al estar de vacaciones, he podido quedarme más tarde para ver qué daban por la noche, tras la emisión de estos access prime time. La locura con el horario ha dado un paso más. Me he encontrado con que el access de Telecinco, First dates -movido desde Cuatro ante el hundimiento de la audiencia de Telecinco, que está a punto de firmar el peor agosto de su historia-, estaba puesto a las 22:00; no ha empezado nunca antes de las 22:15, con un interminable bloque de anuncios delante, y claro, no ha terminado a la hora prevista -las 23:00-, sino que lo ha hecho entre las 23:20 y las 23:30, empezando la supuesta estelar de Telecinco o prime time a esa hora. La semana pasada me quedé a ver El rival más débil y empezó a las 23:32 de la noche. Un despropósito. Pero es que en TVE no lo hacen mejor: la pública intentó hacer unos años tener unos horarios más racionales, pero ya saben, del dicho al hecho hay un trecho. Se estrenó este verano otra bazofia de programa de citas presentado por Pablo Chiapella que inicialmente se anunciaba a las 22:50; luego intentaron ser honestos y aparecía anunciado a las 23:10. La realidad ha sido que nunca ha empezado antes de las 23:20.

¿De verdad a esta irracionalidad se le puede seguir llamando access prime time y prime time? Esta locura de horarios no se da en ningún otro país de nuestro entorno. En Portugal y en Italia, empieza a las 20:30; en Francia está en torno a las 21:05 y ya les parece tardísimo. En España, estamos en torno a las 23:00 con suerte, y dependiendo del día y de la cadena, puede que a las 23:10, 23:20 y hasta 23:30. Es un completo despropósito pensar que los espectadores con horarios de trabajo mañaneros, como la mayoría del país, va a quedarse a ver un programa que va a terminar pasada la una de la mañana, o más tarde. Hasta hace un par de años, el momento más visto del día hasta hace unos años se daba a diario en la apuesta estelar de alguna cadena; ahora el minuto de oro del día lo suele lograr El hormiguero, es decir, el programa que precede a la apuesta estelar de Antena 3. ¿Tiene sentido seguir llamando access prime time a lo que se ha convertido en el verdadero prime time? ¿El prime time no es ya late night? Alguna vez de pequeño vi de refilón Crónicas marcianas y empezaba sobre las 23:30 y ya era un horario para noctámbulos.

Si se fijan ustedes, ha pasado una cosa curiosa: los que deberían ser los programas del late night, por su estilo, por las entrevistas y por lo que se hace en otros países, que tradicionalmente se han emitido después del prime time, ahora se emiten antes que este, y los programas del prime time se emiten en el horario que antes era el late night. Pero es que además ocurre otra cosa más: las cadenas no respetan nada al espectador. No es que el prime time empiece a las tantas, que lo hace, es que el horario de la programación anunciada no coincide con lo que se está emitiendo. Las noticias de la noche de Antena 3 están anunciadas a las 21:00, pero empiezan a las 21:05 para arrastrar el máximo de espectadores posibles desde Pasapalabra; en Telecinco el informativo también se anuncia a las 21:00, pero empieza ¡a las 21:10! Diez minutos más tarde. ¿Por qué, cuando el concurso que hay antes ni siquiera resulta relevante en términos de audiencia? El hormiguero y La revuelta acaban teóricamente a las 22:50, pero cada día acaban a una hora distinta y lo que venga después está por tanto condicionado a esto. Insisto: además de un despropósito, es una falta de respeto absoluta al espectador. Es poco menos que ponerle un cartel durante la emisión que diga «IMBÉCILES». Por lo menos que pongan bien el horairo en la programación y al menos el espectador que se atreva a ver algo en este falso prime time español, sabrá a qué horario atenerse. Pero no, no se hace. Y a final el espectador termina asociando a las cadenas tradicionales con el descontrol de los horarios, con una programación cambiante y, ¿qué hace? Hacerse su propia programación, claro.


La ficción se ha quedado definitivamente en las plataformas. Si quiero ver un capítulo que dura una hora, tengo claro que lo voy a ver HBO, en Disney, en Netflix o bajándomelo de donde sea antes que esperar a verlo en la televisión lineal generalista, porque lo mismo un día está el martes, otro el jueves, y un día empieza a las 22:55 y otro a las 23:15. Al final estos horarios tan poco racionales y tan cambiantes han hecho que los espectadores huyan de la televisión lineal, con la consecuente bajada constante de espectadores. Es lógico, el espectador quiere saber cuándo empieza y cuándo acaba lo que van a ver. Y al final lo que está pasando es que nada de lo que se estrena funciona. Fíjense en la imagen sobre estas líneas, que corresponde a la programación de Telecinco del lunes: tras First dates, empezará una película supuestamente a las 23:00 -realidad: 23:25-. La ficción propia de la cadena empezará casi a las 2:00 porque no les funciona en el horario que tienen tan tarde. Y si tengo que emitirla de mala manera y encima ya ha podido verse completa en Prime Video, ¿para qué seguir gastando dinero en ficción?

Al final lo único que ha funcionado del prime time en España esta temporada que ahora termina son dos concursos: Tu cara me suena y Supervivientes, pero no por el hecho de ser concursos, sino porque no se emiten tan tarde. Tu cara me suena va los viernes a las 22:00 porque los viernes no se emite El hormiguero. Supervivientes, que no sé qué día o días se emite, tampoco tiene nada delante y empieza a las 22:00. Es lo único que ha funcionado porque es lo único que ha comenzado un horario medianamente normal, aunque también han acabado bastante tarde.

El próximo lunes empieza la nueva temporada televisiva y veremos si el prime time sigue retrasándose aún más, si lo que se emite a las 22:00 se le empieza a llamar oficialmente prime time y a partir de las 23:00 hablamos ya de late night, y si la audiencia termina por dejar de lado la televisión lineal y la reserva solamente para grandes acontecimientos donde lo que prima es el directo. Luego los directivos de las cadenas de televisión querrán buscar la fórmula para salir de la tumba que ellos mismos se han cavado durante todos estos años de horarios imposibles para el espectador.

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