Noticias televisivas


La televisión lineal en directo, pese al auge arrollador de las plataformas bajo demanda como Netflix, sigue conservando una relevancia difícil de sustituir, especialmente en lo que respecta a los informativos, los deportes y los eventos en directo, como una noche electoral. Su principal ventaja radica en su inmediatez: permite a millones de personas acceder a lo mismo al mismo tiempo, creando una experiencia compartida que las plataformas digitales, por su naturaleza asincrónica, no pueden replicar. En un mundo en el que parece que cada minuto hay una noticia más importante que la anterior, los directos de la televisión lineal siguen siendo el mejor canal para ver una última hora, con el permiso de la radio.

En el caso de los informativos televisivos, su emisión garantiza un contacto directo con los hechos a medida que se desarrollan. Mientras las plataformas bajo demanda ofrecen contenidos editados y seleccionados previamente, la televisión lineal permite la transmisión de noticias en el instante en que ocurren, con conexiones en directo desde el lugar de los hechos, ruedas de prensa transmitidas sin cortes y análisis inmediatos con expertos en plató. Esta inmediatez otorga credibilidad y contexto, factores esenciales cuando el objetivo es estar bien informado. Además, al tratarse de una programación estructurada y no personalizable, ayuda a evitar el sesgo de burbuja informativa que pueden fomentar los algoritmos de recomendación. Otra cosa ya es el canal que cada uno elija ver.


En el ámbito deportivo, la televisión en directo se convierte en algo más que un medio: es parte de la experiencia. Ver un partido en el momento exacto en que se juega, con la emoción de lo imprevisible, no se compara con el consumo posterior de un resumen o una repetición. La retransmisión en directo genera una sensación de comunidad entre los espectadores que comparten en tiempo real cada jugada, gol o polémica, ya sea desde tu casa o en un bar. Esa efervescencia del momento, imposible de reproducir en diferido, es una de las fortalezas más sólidas de la televisión lineal frente a los servicios on demand.

Algo similar ocurre con eventos especiales como galas, conciertos, ceremonias o acontecimientos políticos. La transmisión en directo permite que el espectador sea testigo del evento al mismo tiempo que ocurre, sin mediaciones, sin destripes, sin ediciones. Hay una autenticidad y una tensión narrativa propias del directo que no pueden ser replicadas por el consumo bajo demanda. Además, estos eventos suelen tener un fuerte componente social: se comentan en el momento, generan comentarios en el trabajo al día siguiente, y forman parte de una conversación colectiva que se diluye si el visionado se posterga.

En fin, quería escribir este pequeño apuntes sobre la televisión lineal en directo, después de la pequeña oda escribí en abril, porque mí mantiene una función insustituible: la de ser un espacio común para el seguimiento inmediato de la realidad. Aunque las plataformas como Netflix han transformado la forma en que consumimos ficción y entretenimiento, no han logrado desplazar -ni probablemente lo hagan- el papel crucial que la televisión en vivo sigue desempeñando en los terrenos de la información, el deporte y los grandes eventos. La inmediatez, la conexión emocional con lo que está ocurriendo y la experiencia colectiva son atributos que el directo ofrece con una fuerza que sigue siendo insuperable.

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