Seguro que han visto la imagen que ha salido en todos los medios de comunicación en la que la primera dama francesa abofetea a su marido, Emmanuel Macron, antes de bajar del avión presidencial. El debate que ha surgido es que por qué le golpea, si estaba bromeando, si tiene mucho temperamento, etc. El dabate que a mí me surge es que de qué estaríamos hablando si hubiese sido al contrario, si la bofetada se la hubiera dado él a ella.
Ya se lo digo yo: ¡machista asqueroso!, ¡machirulo de mierda!, ¡dimisión!, ¡misógino!, ¡falocentrista! Y la gendarmería ya se lo habría abierto diligencias.
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