Este año, cuatro de los cinco días de trabajo he adelantado la radio despertador media hora, es decir, ahora suena a las cinco y media de la mañana. Media hora solo, pero vaya si se nota. Para más inri, en este nuevo puesto la entrada es veinte minutos antes y estando más lejos desde mi casa.
Disculpen si no escribo por aquí con tanta asiduidad. Aún estoy adaptándome. Esto lo escribo aún con legañas en los ojos y una buena taza de café en la mesa.
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