Pipas cordobesas

...y malageñas, y sevillanas, y granaínas, y gaditanas, y rocieras, y extremeñas, y manchegas, y chulapas, y salmantinas, y asturianas y gallegas... y así hasta donde ustedes quieran. Porque desde hace unos años seguro que han llegado a su localidad, como el tapicero, unas pipas con el nombre de su ciudad o de su región. Se venden como producto local, con el nombre de nuestra querida ciudad, que eso siempre tira, reconózcanlo, e incluso se publicitan en la radio imitando el acento del lugar donde se anuncian. Una imagen reconocible de la ciudad, unos versos alabándola, una bolsita de papel para tirar las cáscaras porque tu ciudad es patrimonio y márketing completado.

¿Estafa?, ¿engaño al consumidor? Llámenlo como quieran, pero para mí, unas pipas que utilizan el gentilicio de una ciudad dan a entender que se elaboran ahí. Es más, estas pipas utilizan siempre un distribuidor local para dar la sensación de que se producen en tu ciudad. Pero no. Siguen el mismo modus operandi en todas las ciudades. Y todas se fabrican en Tostaderos Sol del Alba, en Peligros, Granada. Si entran ustedes en su página web, solo encontrarán referidas las pipas granadinas, pero ninguna de sus otras marcas; si teclean la web de cada una de estas marcas, verán que no hay referencias al tostadero que las realiza realmente, ni se mencionan las otras marcas; lo único que las relaciona es que tienen todas el mismo diseño.

¿Están buenas? Sin duda, tengo en casa un par de paquetes. ¿Las comprarías o las hubiera probado si tuvieran cualquier otro nombre? Ahí es cuando hay que preguntarse hasta dónde es mercadotecnia y dónde empieza el engaño.