La familia de la tele
Menudo esperpento. La televisión pública ha perdido el rumbo. Ahora, en lugar de competir por la calidad, compite por la mediocridad, por quedarse con los deshechos de lo que Mediaset no quiso cuando decidió pasar página de la telebasura más vergonzosa. «Televisión pública. De calidad», decían.
Me queda la esperanza de que con el dato de audiencia por debajo del 10 % de cuota de pantalla lo retiren más pronto que tarde.
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