Cómo cambia tu vida en una décima de segundo

Al comienzo del juego Runaway, de la siempre magnífica Péndulo Studios, el protagonista pregunta al jugador si alguna vez se ha planteado cómo puede cambiar tu vida en una décima de segundo. Eso mismo me pregunto yo a raíz de lo que me ocurrió el viernes. Salí de mi casa como cada día para dirigirme a la cochera donde tengo aparcado el coche para ir a trabajar; paso de peatones, un vehículo que se aproxima en la distancia; me dispongo a pasar; mientras estoy cruzando, me doy cuenta de que el vehículo no aminora la marcha, no se va a detener, me va a atropellar; en el último segundo un salto hacia adelante para evitar el atropello, con la mala suerte de torcerme el pie izquierdo con la caída.

Cuatro días después, estoy en casa de baja, con el pie izquierdo con un esguince de grado dos que requiere reposo y dar pequeños pasitos para poder ir apoyándolo y poder volver a andar. ¿Cómo podría haber cambiado todo si tan solo hubiese salido un minuto antes, o después, de casa?, ¿si algún vecino me hubiese entretenido con una breve conversación?, ¿si el conductor del vehículo que casi me atropella se hubiese parado a apurar ese último café?, ¿si se hubiese puesto unas gafas de sol para conducir en el amenecer y evitar que el astro rey le destellase?

En fin: preguntas, preguntas, preguntas, preguntas que te planteas mientras le das vueltas a la cabeza cuando estás en casa con poco que hacer porque estás de baja y solo quieres recuperarte y volver a tu vida normal. Ay.