Cordura

Es una de las noticias más destacadas que he visto en la prensa desde ayer: Reino Unido sienta algo de cordura en la definición de mujer u hombre y dice que los individuos se definen por su sexo biológico. Ya - está. Por fin alguien en este loco mundo dice lo obvio.

Que quien quiera sentirse un gato, una puerta o una nube, me parece perfecto. De verdad que no me parece que en eso haya ningún problema. Más bien es su problema y en algún momento, espero, supongo, deseo, se lo hará mirar. Pero que oficialmente alguien pueda poner en su documento de identidad que es una mujer porque así lo sienta, cuando le cuelgan dos testículos en la entrepierna, me parece una aberración. Espero que esta cordura que ha mostrado el Tribunal Supremo en Reino Unido empiece a extenderse al resto de países.

Y una cosa tengo clara: habrá quien se considere, como he dicho antes, un gato o un agapornis, pero cuando tenga un problema en los genitales, acudirá al ginecólogo o al urólogo. No hay más.